Cualquier cosa puede disparar una historia. Por ejemplo 5 botones. Imaginemos al dueño de cada botón. Luego lo describimos someramente. A continuación escribimos una historia con los cinco.
Personajes:
Botón 1: Federico es médico. A sus cuarenta y
un años tiene un buen pasar. Además de su consultorio particular atiende en un
centro médico. Alto, delgado, muy
prolijo en su vestimenta y aspecto personal. Tiene un auto de alta gama que
deberá retirar del taller a la salida. Al colgar su sobretodo en el perchero
advierte que se le perdió un botón. Recuerda que su madre decía que era una
señal de problemas.
Botón 2: La campera de Belén es de las que se
usan ahora. Lo que más le gustó son los botones con escudito. Tiene diecisiete
años, es flaquita, de pelo castaño atado en cola de caballo, ojos claros,
rostro agradable. Hace el esfuerzo de pensar en los botones para sacarse de la
cabeza lo que supone que le responderá el médico.
Botón 3: Detrás del escritorio de la agencia
de viajes, Laura, se desabrocha el botón del cuello de su blusa. La calefacción
está muy fuerte. La tarde venía tranquila hasta que recibió el llamado de su
hija. Piensa en el carácter fuerte de Raúl, su marido, y presiente la tormenta.
Botón 4: Hace frío en el taller. Raúl tiene
abrochado hasta el cuello su saco de lana tejido a mano. Fue el regalo de
cumpleaños que le hizo su esposa. Es bajo, grueso, calvo y de pocas pulgas. Su
ayudante le pidió permiso para salir antes por un problema que tenía que
resolver y resopla apurándose para terminar el auto del médico, uno de sus
mejores clientes, que prometió para esta tarde. Aprovechará para preguntarle
por los vómitos de su hija. Lo asusta la anorexia.
Botón 5: Kevin se abrocha los botones de la
camisa nueva preparándose para la cena. Es alto, flaco, pelo corto a la moda,
ojos vivaces. A sus veinte años no quiso seguir estudiando y trabaja como
ayudante en un taller mecánico. Después de la conversación telefónica con su
novia, ésta es la cena más importante de su vida.
Y aquí, la historia:
Excelente, Osvaldo, te dejé un comentario en el cuento. Abrazo!!
ResponderBorrarAriel
Gracias Ariel! También lo leí.
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